CENAS MEDIEVALES DEL PAPA LUNA
Ideales para compartir con familia y amigos, disfrutando de una agradable y divertida velada en un ambiente diferente. Los ropajes, la decoración, la música, la gastronomía, y la proyección en 3D les llevarán a conocer más sobre Peñíscola, el Papa Luna y la época medieval en la que vivió este fascinante personaje.
LAS HISTORIA DEL PAPA LUNA
En un pequeño lugar de Aragón, llamado Illueca, nació, allá por el año de 1328, Don Pedro Martínez de Luna, hijo segundo de Juan Martínez de Luna y de Doña María Pérez de Gotor, señores de Illueca, Gotor y Mariana; su alumbramiento se produjo en una de las salas del Castillo recientemente construido en el altozano que dominaba el modesto caserío. Desde la cuna pertenecía a uno de los linajes más rancios de la nobleza aragonesa. Comenzó la carrera militar y estudió derecho canónico en Montpellier, alcanzando el grado académico de doctor. En 1375 es nombrado cardenal diácono, y viaja con el papa Gregorio XI desde Avignon a Roma. En 1378, a la muerte del papa, se reúne el cónclave cardenalicio para designar sucesor.
La composición del colegio, con 16 miembros divididos en tres facciones y la reciente vuelta de la Santa Sede a suelo romano, hacían prever una elección difícil y complicada. Fue elegido Urbano VI, pero sus modos dictatoriales comienzan pronto a levantar recelo entre algunos de sus cardenales, especialmente entre los franceses. El 9 de agosto de 1378 se retiran a Anagni trece cardenales y redactan una declaración en la que se hace constar que la elección de Urbano VI es nula de derecho porque ha sido elegido bajo amenazas. El 20 de septiembre de 1378 los cardenales sulevados eligen a Clemente VII en oposición a Urbano VI. A la muerte de Clemente VII Pedro de Luna fue elegido como su sucesor, convirtiéndose así en Benedicto XIII, el segundo antipapa del Gran Cisma de Occidente.
Fue uno de los últimos cardenales que habían abandonado al furibundo Urbano VI, y ya en el bando de Clemente VII fue nuncio apostólico en España. Desempeñó un papel central en la tarea de ganarse a Aragón, Castilla, Navarra y Portugal para elbando antipapal. Fue elegido sobre todo valorando la promesa que hizo de abdicar en caso de que se alcanzase una solución al cisma, pero en cuanto se ciñó la tiara concibió de pronto una antipatía alérgica a sus promesas. El Papa Luna, fue el pontífice que hundió más a la Iglesia en el abismo del cisma.
En 1409 la mayoría de cardenales de ambos bandos celebraron un consejo en Pisa, donde Benedicto XIII fue condenado por hereje. Benedicto, como cabezota que era, se mantuvo firme en su convicción de que él era el auténtico vicario de Cristo aún después de que el Concilio de Constanza resolviera el cisma. Se retiró a Aragón y estableció su modesta corte en la fortaleza de Peñíscola, sin renunciar jamás a su lucha. Murió el 23 de mayo de 1423 como hereje impenitente.
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